La aclamada temporada de verano ya está aquí, pero como cada año viene acompañada de múltiples episodios de calor de los que debemos protegernos si queremos evitar poner en riesgo nuestra salud.

Para ello, vamos a conocer los principales síntomas que produce el exceso de calor, así como consejos y pautas recomendadas para poder disfrutar de estos meses de vacaciones sin tener que preocuparse por las altas temperaturas.

¿Qué efectos produce el exceso de calor?

El exceso de calor puede tener consecuencias varias para nuestra salud. Algunos de sus efectos más comunes son los calambres musculares, causados por la pérdida de sales; el agotamiento, como el dolor de cabeza; náuseas y malestar general o la deshidratación. Si nos percatamos de algunos de estos síntomas, debemos acudir de forma urgente a un médico.

En el peor de los casos podemos llegar a sufrir un golpe de calor. También conocido como insolación, es una afección médica grave que ocurre cuando el cuerpo se sobrecalienta debido a una exposición prolongada a altas temperaturas y una incapacidad para regular adecuadamente la temperatura interna. Esto puede ocurrir en situaciones de calor extremo, si estamos sometidos a un esfuerzo físico interno o en ambientes con una alta humedad, donde el cuerpo no puede disipar el calor de manera eficiente a través de la sudoración.

Los síntomas del golpe de calor pueden incluir una temperatura corporal elevada, por encima de 40°C, piel caliente, enrojecida y seca, mareos, confusión y desorientación, dolor de cabeza intenso, náuseas y vómitos. Aceleración del pulso y la respiración, así como pérdida de conocimiento o desmayo.

¿Qué hacer ante una persona con un golpe de calor?

Si vas o te encuentras con alguien que sufre un golpe de calor, lo primero que debes hacer es llamar a los servicios de emergencias. Mientras llegan, coloca a la persona en un lugar a la sombra y afloja su ropa para permitir la circulación del aire.

Si está consciente, túmbala de lado con las piernas flexionadas, ofrécele abundante agua y mantenla con la cabeza ligeramente elevada. Nunca le des agua si está desmayada. Refréscala con agua fría o hielo, prestando especial atención a la cara y las axilas, pero nunca la sumerjas en agua fría. De tu actuación va a depender el poder salvar su vida o evitar daños graves en su salud mientras llegan los sanitarios.

Consejos para protegernos de las altas temperaturas en verano

Antonio Escribano, médico especialista en medicina interna en el Hospital Centro de Andalucía, detalla las principales recomendaciones encaradas a evitar problema de salud relacionadas con la ola de calor:

-El factor fundamental es la hidratación. Hay que beber agua antes incluso de tener sed, pues esto ya es un signo de deshidratación. Debemos anticiparnos.

Evitar la exposición solar directa, sobre todo las horas pico de calor, entre las doce del mediodía y las cuatro de la tarde. Durante ese tiempo es mejor no salir a la calle.

-Utilizar protección solar, mínimo de factor 30, y reaplica cada dos horas.

-Viste ropa de tejidos naturales, ligera y holgada, preferiblemente de colores claros. No olvides protegerte con un sombrero y gafas de sol.

-Nunca dejes a niños, ancianos o mascotas en el interior de un coche a pleno sol con las ventanillas cerradas. Las temperatura puede llegar a alcanzar en torno a 60 o 65 grados.

-Reduce la actividad física y descansa frecuentemente a la sombra.

-Opta por comidas ligeras, como verduras y frutas frescas. Evita las comidas calientes y el abuso de bebidas alcohólicas. Mantén los alimentos correctamente refrigerados y sigue las medidas higiénicas de conservación.

-Permanece en espacios ventilados o acondicionados, y elige las habitaciones más frescas en casa. Durante el día, baja las persianas y cierra las ventanas para evitar el calor, y ábrelas por la noche para ventilar.

¿Quiénes deben estar protegidos especialmente del calor?

Es importante reconocer que algunas personas son más vulnerables a los efectos del calor que otras, por lo que deben tomar precauciones adicionales:

-Las personas mayores de 65 años, discapacitados y los niños menores de 5 años.

-Las personas con enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, cardiopatía, obesidad o alcoholismo.

-Aquellos que toman medicación de forma habitual.

-Las personas que realizan trabajos físicos intensos o practican deporte al aire libre durante las horas de mayor calor.

Ante cualquier duda, no dude en consultar a nuestros profesionales sanitarios o ponerse en contacto con nuestro centro hospitalario.

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